miércoles, 4 de diciembre de 2013

Tiro por la culata

Por desgracia no siempre ponemos toda la carne en el asador. El miedo o el exceso de confianza provoca que en demasiadas ocasiones nos guardemos una bala de plata en la recámara y que tratemos de matar elefantes con perdigones y cosas por el estilo. El esfuerzo no siempre es recompensado, pero al menos te quedas con la conciencia tranquila. La racañería, la gandulería y la chulería provocan que nos salgan los tiros por la culata.