Las reformas suelen conllevar cierres y molestias, cambios y mejoras, gastos e hipotecas, migrañas y despidos, sueños y pesadillas. Las reformas si breves dos veces buenas. De otra forma pueden acabar con todos nosotros. Mejor apaga y vámonos, hacemos tábula rasa del pasado y del presente y a empezar de nuevo.