martes, 13 de agosto de 2013

Elogio de la cerradura


Las cerraduras rotas conservan una sombra pluscuamperfecta. Y sin embargo no sirven para nada. El suyo es también un trabajo muy poco respetado y respetable. Sin quererlo  son algo parecido a unas forzadas meretrices. Cualquiera que posea una llave puede violar su intimidad. Sin llave también pueden llegar a forzarla los especialistas en codiciar bienes ajenos. Incluso cerrajeros debidamente autorizados pueden romper cerraduras de pisos desahuciados. Así las cosas debería crearse una sociedad protectora de las cerraduras o algo parecido. Yo me apunto al cargo de presidente, al menos para el caso de las cerraduras de los pobres embargados. Se buscan socios. Apúntese por favor.