Estar falto de ideas debería considerarse una enfermedad mental grave y una minusvalía particularmente invalidante. Otra cosa muy distinta es tener tiempo, dinero y oportunidad para desarrollarlas. Esta crisis no sólo nos está dejando sin trabajo, sin dinero, sin dignidad, sin techo y sin alimentos. También nos están robando las ideas. Un rodillo monocorde nos intenta aplastar con grandes certezas y esperanzas. Los políticos del PP han cortado cabezas en los medios de comunicación de controlan para que las opiniones discrepantes desaparezcan o se minimicen. De este modo se perpetúa esa falta de ideas que es gobernar al dictado de la troika y los poderes financieros en general.