Siempre es un trago amargo perder a seres queridos. Lo fue mucho más en tiempos de la panademia de coronavirus. Yo perdí a mi madre en abril de 2021 y fue una experiencia apocalíptica. La autora perdió a su madre y a su marido. Muchas de sus reflexiones de primera o segunda mano ayudan a sobrellevar mejor el dolor. Me interesa la ayuda de psicólogos y de especialistas en moribundos. Casi envidio que su marido muriera en su domicilio rodeado de atenciones y seres queridos. Mi pobre madre murió sola en el hospital y nunca pudimos visitarla. Noto a faltar más detalles sobre los problemas de la atención sanitaria durante la panadería.