Besar de menos, fotografiar de más

En ocasiones tratamos de compensar déficits afectivos con superávits fotográficos. Mal asunto.

El discreto encanto de la burguesía fotográfica

En sus inicios la práctica fotográfica estuvo asociada a la gente más poderosa y adinerada. Por eso muchos grandes fotógrafos vienen de buena familia. Por eso la mayoría de las imágenes tomadas en el siglo XIX y a principios del siglo XIX reflejan el estilo de vida de las clases sociales más privilegiadas. Por otra parte, en la Unión Soviética se fomentó la fotografía para publicitar el comunismo, defender-en teoría- al proletariado y favorecer en la práctica a una clase dominante de burócratas. La fotografía digital empezó siendo elitista, pero acabó transformándose en una técnica extremadamente popular y masivamente utilizada por gentes de muy diversa condición social.

Limpiar Badalona y limpiar la fotografía

El polvo, las cagadas de mosca y las huellas de las manos, entre otros elementos, acostumbran a manchar de forma más o menos importante las imágenes fotográficas. Los expertos suelen recomendar técnicas de limpieza muy contrastadas y discretas que no afecten ni en el presente, ni el futuro a las fotografías. El señor Xavier Garcial Albiol, sin embargo, es un firme partidario de las "limpiezas a fondo" de ciertos elementos humanos díscolos o diferenciados del resto de los habitantes de Badalona. Sin duda al recién elegido, a dedo, mandamás del PP en Catalunya le convendría seguir los sabios consejos de conservadores y restauradores de fotografía. Seguro que moderaría su discurso, mejoraría su calidad humana y ya no sembraría tempestades de odio y cosas peores. 

Inmigrantes irregulares, fotógrafos irregulares

Mal iríamos si a los fotógrafos irregulares si les aplicase el mismo jarabe de palo que a los pobres inmigrantes irregulares. Afortunadamente no tomar fotos con regularidad no está mal visto, ni se considera una falta o un delito.

 En los inicios de la fotografía muchos fotógrafos viajeros podrían encuadrarse en el peyorativo concepto de inmigrantes irregulares. Pero gracias a ellos se difundió la fotografía y al mismo tiempo se empezaron a difundir imágenes fotográficas de casi todos los rincones del mundo.

"Regularizar" una actividad fotográfica puede resultar más o menos fácil para un autóctono o un inmigrante regularizado. Pero para los "sin papeles" no hay manera de ejercer legalmente como fotógrafo profesional, ni medios para practicar la fotografía de aficionado.  De todas formas la tecnología digital y la fotografía con teléfono móvil facilita la práctica fotográfica incluso a las personas más socioeconómicamente desvalidas. Sería oportuna una investigación sobre las actividades fotográficas de los inmigrantes irregulares que nos ayudara a conocer mejor su cruda realidad, sus creencias, sus esperanzas y sus ilusiones.

La fotografía como venganza

En los tiempos de la fotografía fotoquímica las parejas solían encargar retratos más o menos románticos. La fotografía digital está salpicada de fotos más sensuales, atrevidas y explícitas.En los tiempos analógicos las fotografías solían repartirse, partirse o destruirse tras el cese de la pasión Ahora cuando la pareja se rompe algunas de estas imágenes digitales suben a la red a modo de venganza. Parece que la ley ahora tratar de prohibir y  castigar esas venganzas digitales. Sin duda una medida necesaria.

Había una vez

Había una vez un negativo chiquitito, y un sensor digital todavía más chiquito. Lo pequeño es hermoso, y en ocasiones traicionero. El diminuto sensor acabó derrotando a los negativos de placa, a los de formato medio, al novedoso APS y hasta el orgulloso "paso universal". El pez pequeño se comió al grande, creció y disfrutó de su victoria. Ya lo dicen "No hay enemigo pequeño"

Fotografías, besos y desengaños

Tras un fracaso amoroso suelen quedar demasiados recuerdos que queman como un clavo ardiente.  Destacan las tiernas fotografías, los besos apasionados y el amargo desengaño que queda tras el fin de la relación. A pesar del mal trago vale la pena recordar con ilusión las imágenes y las muestras de afecto, pasión y cariño. 

Cocinar bien en cinco minutos. Fotografiar bien en 5 minutos

El bueno de Nièpce necesitaba unas ocho horas para tomar sus primitivas imágenes fotográficas. Daguerre realizó sus primeros daguerrotipos conocidos con un tiempo de exposición de unos 30 minutos. Desde hace muchos años se suele fotografiar en centésimas de segundo salvo en astronomía, fotografía nocturna, fotografía con radiaciones no visibles y algún que otro asunto. Por otra parte la utilización moderna de tiempos de exposición largos suele dar, en buenas manos, imágenes impactantes. 

Con los restaurantes de cocina rápida tipo anglosajón, los "bocatas del día" carpetobetónicos y la cocina al horno microondas se puede sobrevivir. Pero poco más. Na mejor que una buena paella, un buen cocido y un uso inteligente de los tiempos de exposición.

Tomar al paso y fotografiar al paso

En ajedrez no es obligatorio tomar al paso. La jugada suele desconcertar a los principiantes. Tampoco es necesario fotografiar al paso, es decir, disparar caminando o en movimiento  a cualquier cosa que se te ocurra. Por eso, aunque no siempre, las fotos mejor pensadas suelen ser mejores.

La fotografía y la cultura de la inmediatez

La técnica fotográfica se acelera, para bien y para mal, y se inserta como en un guante a medida en la cultura de la inmediatez. Nada que ver con los tiempos del daguerrotipo, ni siquiera con el largo periodo del gelatino-bromuro. De todas formas conviene recordar que el territorio fotográfico siempre ha sido una forma mucho más "rápida" que dibujar, pintar o escribir. La mayoría de los fotógrafos somos  unos abanderados del "aquí te pillo aquí te mato".  En cualquier caso siempre podemos hacer un esfuerzo y preparar como se merecen nuestros proyectos fotográficos y el proceso de postproducción.

Fotografiar sin mucho afán

Nada peor que fotografiar sin deseo, sin ambición, sin interés o sin afán. Mejor descansa o  relájate. Regresa a la fotografía cuando realmente te apetezca.

Salir del Euro, salir de la fotografía

Del euro se puede salir, o no querer entrar, por motivos políticos y socioeconómicos . Dentro y fuera del euro se puede estar bien, regular y mal. Con la fotografía pasa un poco lo mismo. Pero yo he elegido ser fotógrafo e historiador de la fotografía y aquí estoy para defender mi opción. Ni mejor, ni peor que otras. Pero la mía.

Hoy no se fía, mañana si. Hoy no se fotografía, mañana si.

Hoy no se fía, mañana si. Hoy no se fotografía, mañana si. Reflexiones sobre confianza y fotografía.


Andamos sobrados de motivos para no fiar, confiar o prestar. Pero sin esperanzas y buenos deseos no se va a ninguna parte, ni se hacen buenas fotografías. En cualquier caso tenga cuidado en dejar su dinero o sus bienes. Tal vez no los recupere.

Mírame y no me toques, fotografíame y no me toques

Seguro que a ustedes les ha pasado más de una vez. Por muy aficionado o profesional que seas de la fotografía en ocasiones la mente se aturde y el acto fotográfico se confunde con la necesidad de admirar, de tocar, de sentir, de beber, de comer, de respirar, de actuar, de rescatar, de escribir, de rezar o de matar. Somos fotógrafos. Pero también somos seres humanos y no siempre podemos quedarnos impasibles. Recuerden que Buster Keaton "el gran cara de palo", también supo tomar partido en El maquinista de la General, El héroe del Río y en otras películas.

Vagina grande, vagina pequeña

Unos amantes tienen un sueño parecido. La mujer sueña que su pareja está haciendo el amor con otra mujer con una vagina mucho más pequeña que la suya. El hombre, por otra parte, sueña que está volviendo a hacer el amor con una antigua amante con una vagina relativamente pequeña. La ex sueña con su antiguo novio y tanto es su deseo que le telefonea. El varón le contesta por email recordando los buenos momentos y señalando que está muy bien con su actual pareja. 

Jurar en vano, fotografiar en vano

Jurar en vano y fotografiar en vano no sirve para nada. En cualquier caso no hacer nada resulta mucho mejor que jurar o fotografiar en vano.

Fotografiar a salto de mata. Taller de fotografía factográfica

"Yo al escribir no hago literatura, escribo sujetándome en corazón" Ramón Acín Aquilué (1888-1936)

Georges Brassens escribió una canción en la que defendía morir por las ideas pero de forma lenta, Menos suerte tuvo el artista aragonés Ramón Acín, fusilado por los fascistas sublevados contra la Segunda República en 1936. Yo tampoco pretendo hacer literatura al escribir sobre fotografía. Pero también me cuesta mi trabajo, y, ahora en verano, mis sudores. Me gustaría vivir y fotografiar a salto de mata. Intento adoptar un estilo ecléctico entre la visión de los fotógrafos, técnicos e  ingenieros que fotografiaron la electrificación en Cataluña y la visión de los fotógrafos soviéticos y alemanes de los años 30 del siglo XX. Supongo que me quedaré en el intento. Pero si algún centro de enseñanza o de investigación serio me hace una oferta razonable la tendré en cuenta. No esperen, por otra parte, planes detallados. Mi amigo José María Moraleja me advirtió que sobran los listillos que copian y/o fusilan los planes y proyectos didácticos y profesionales. 

El recuerdo como fotografía

Por diversas circunstancias muchos de nuestros recuerdos más impactantes no han quedado fijados por una fotografía. El caso es que los fotógrafos profesionales aguzan el ingenio dónde huelen dinero y los buenos aficionados dónde ven tema para una exposición o un concurso. Los usuarios del montón son más imprevisibles, pero salvo ciertas mentes obsesivas suelen ser muy despistados.

El caso es que mi mente conserva como si fueran recuerdos fotográficos asuntos relacionados con la muerte de mi padre. En especial el momento en que mi madre se quito su anillo de casada y lo deposito en el féretro de mi padre.

También recuerdo como un instante decisivo el primer beso que dí a una mujer que deseaba ardientemente. Prácticamente era imposible fotografiar en la penumbra y por otra parte en esos momentos mi interés por la fotografía era muy relativo en comparación con la declaración de afecto explícito que me hacia mi amada. 

Además tengo ya fijada en mi retina los instantes en que señores como Millet, Pujol, Mas, Camps, Montoro o Rajoy sufran el desprecio y el justo castigo por los latrocinios, las mentiras y el dolor que nos están causando a las gentes de bien.

Podría hablarles de algunas otras historias de este tipo siempre que los lectores muestren cierto interés. Pero desearía conocer si algún enterado de las ciencias fotográficas avanzadas o tal vez de maestros en temas ocultos puedan echarme un cable y recuperar esas imágenes que creo haber perdido para siempre.

Fotografías de ninguna parte

La fotografía popular identifica imagen con espacio, lugar, persona o acontecimiento. El GPS incorporado en muchos dispositivos fotográficos suele ser nuestro notario fiel, pero en demasiadas ocasiones nos engaña. Por otra parte, algunos  fotógrafos expertos crean en modernos fotomontajes digitales imágenes de ninguna parte. Además, fotografías bien documentadas o falseadas son utilizadas erróneamente o tal vez con mala fe en determinadas circunstancias.

Andorra, Andorra

Mi primera cámara fotográfica, una Kodak de Bakelita de 6x6 cm.,  me la trajo en los años sesenta  mi primo Paco de Andorra. Allí trabajó varios años de cocinero hasta que la nostalgia le hizo regresar a climas mediterráneos. Paco también nos regaló platos y vasos Duralex que todavía sobreviven y algún que otro artilugio que no recuerdo. En setenta, en los ochenta y en los noventa hice algunos viajes al país de los Pirineos y casi siempre compraba algún flash o algún objetivo. Casi todos, por desgracia, viajes demasiado rápidos en los que no puedes apreciar la idiosincrasia del Estado andorrano
Por entonces los Pujol y compañía ya estaban haciendo de las suyas.

Javier Krahe

Nos ha dejado Javier Krahe, un tipo que no se mordía la lengua y destilaba ironía y un sano sentido del humos en sus composiciones, en las presentaciones de sus canciones y en las entrevistas. Presumía de leer mucho, de estudiar poco y de haber vivido sus grandes amores en el siglo XX. Coincido con muchas de sus experiencias vitales.  Y espero que antes que este maldito siglo XXI acabe conmigo pueda continuar dando guerra hasta el  final como Javier. La música que Krahe alegraba muchos de mis momentos más íntimos. Sin embargo mi afición por Krahe no ha sido compartida hasta la fecha con ninguna de mis parejas. En especial a la hora de hacer el amor.

La brevedad de la vida

La brevedad de la vida, de los suspiros, de los besos, de los abrazos, de los orgasmos y de las fotografías.


La fotografía moderna se parece demasiado a las cosas buenas de la vida, todo sucede demasiado rápido y en ocasiones a cuentagotas. En cambio las lentas técnicas de la fotografía de mediados del siglo XIX tenían más que ver con los sinsabores, malestares, disgustos y dolores que nos regala generosamente  nuestra sufrida existencia. En cualquier caso espero que mi muerte sea breve como una fotografía ultarrápida e indolora como un suave masaje. Supongo que será pedir mucho. Pero por medir que no quede.

Quién teme al fotógrafo feroz

Se habla poco de la ferocidad fotográfica, y sin embargo este valle de lágrimas está sobrado de fotógrafos abusadores.  O por lo menos de tipejos que utilizan la fotografía para chantajear, humillar y en ocasiones destruir a seres humanos normalmente menores de edad. o con muy poca experiencia vital, que se dejan seducir por esos depredadores de la red y de otros medios de comunicación. No co en el demonio. pero si en verdad exiostiera seguro que utiizaría internet como plataforma prioritaria para sus objetivos. En todo caso, lo peor de lo peor circula por la red y muchos de ellos utilizan la fotografía y el video para hacer el mal en su peor versión.

La fotografía, el silencio y la nada

Reza cierto viejo provervio hindú que "Cuando hables procura que tus palabras sean mejores que el silencio." Por lo tanto cuando tomes una foto no trates de imitar a los bocazas, vendedores de seguros, contratos telefónicos, proselitistas religiosos, políticos del montón, asesores financieros, curanderos africanos, miembros del FMI y embaucadores en general.

El fotógrafo al aire libre

Llega el buen tiempo y apetece salir a pasear con nuestra cámara favorita. Pasamos tanto tiempo viendo imágenes por la  televisión,el  ordenador, la prensa, los libros, o los archivos fotográficos que la realidad nos deslumbra y en ocasiones nos incomoda más de la cuenta. El castigo combinado de los rayos solares, los insectos, las caminatas inacabables, los turistas pesados, los autóctonos recelosos y ciertas normas o costumbres locales que no acabamos de entender ni de cumplir nos proporcionan algún que otro disgusto y fotografías deplorables.

Musas y fotográfas

La red está inundanda de autorretratos o selfies más o menos atrevidos de señoritas y caballeros estupendos. De esta forma se esfuma el ideal de muchos fotógrafos de buscar su musa  inspiradora y de los aspirantes a modelos y actores a seleccionar aquel fotógrafo o fotógrafo que destaque lo mejor de su fotogenía, anatomía, dramaturgia o comicidad

Saber vivir, saber improvisar

Nuestras existencia es tan absurda, contradictoria y tragicómica que son necesarias muchas tablas para entender si estamos representando la función verdadera, si se trata de un ensayo más o menos general o acaso, lo más seguro, una mera improvisación. Por si las moscas les aconsejo que se temen algunas clases de teatro o de mimo para que sepan afrontar la hora de la verdad como Dios manda.

Echar de menos

Con el tiempo acabamos echando de menos ha demasiada gente. No importa que las cosas nos vayan más o menos bien. Aún así los buenos momentos quedan fijados de forma permanente en la memoria más frágil. Por eso en ocasiones nos puede la nostalgia y no sabemos valorar lo que tenemos. Seguro que ustedes también tendrán alojado en un recóndito espacio de su cerebro a unas cuantas bobitas y bobitos. En realidad todos somos bobos y bobas para otras personas que no pueden dejar de olvidarnos. Por otra parte llega un momento que la memoria se llena de telarañas y ya no tienes claro las bobitas y los bobitos que has conocido.

Ropa colgada en Ciutat Meridiana

Me considero un completo desastre para colgar la ropa y para otras muchas cosas. Sin embargo se reconocer el buen hacer de ciertas gentes sencillas que saben poner un toque de distinción en las labores más rutinarias. No pido que el lector valore mi fotografía, pero espero que reconozca el buen gusto de esta persona del barrio de Ciutat Meridiana de Barcelona que transforma en arte la limpieza de la ropa.

Viejos periódicos

En algún momento formaron parte de un periódico. El destino las ha convertido en un material que proteja el trabajo de un profesional de la limpieza. En sus buenos tiempos estas hojas fueron leídas con interés y ahora son pisoteadas sin miramientos.