Mírame y no me toques, fotografíame y no me toques
Seguro que a ustedes les ha pasado más de una vez. Por muy aficionado o profesional que seas de la fotografía en ocasiones la mente se aturde y el acto fotográfico se confunde con la necesidad de admirar, de tocar, de sentir, de beber, de comer, de respirar, de actuar, de rescatar, de escribir, de rezar o de matar. Somos fotógrafos. Pero también somos seres humanos y no siempre podemos quedarnos impasibles. Recuerden que Buster Keaton "el gran cara de palo", también supo tomar partido en El maquinista de la General, El héroe del Río y en otras películas.