Por diversas circunstancias muchos de nuestros recuerdos más impactantes no han quedado fijados por una fotografía. El caso es que los fotógrafos profesionales aguzan el ingenio dónde huelen dinero y los buenos aficionados dónde ven tema para una exposición o un concurso. Los usuarios del montón son más imprevisibles, pero salvo ciertas mentes obsesivas suelen ser muy despistados.
El caso es que mi mente conserva como si fueran recuerdos fotográficos asuntos relacionados con la muerte de mi padre. En especial el momento en que mi madre se quito su anillo de casada y lo deposito en el féretro de mi padre.
También recuerdo como un instante decisivo el primer beso que dí a una mujer que deseaba ardientemente. Prácticamente era imposible fotografiar en la penumbra y por otra parte en esos momentos mi interés por la fotografía era muy relativo en comparación con la declaración de afecto explícito que me hacia mi amada.
Además tengo ya fijada en mi retina los instantes en que señores como Millet, Pujol, Mas, Camps, Montoro o Rajoy sufran el desprecio y el justo castigo por los latrocinios, las mentiras y el dolor que nos están causando a las gentes de bien.
Podría hablarles de algunas otras historias de este tipo siempre que los lectores muestren cierto interés. Pero desearía conocer si algún enterado de las ciencias fotográficas avanzadas o tal vez de maestros en temas ocultos puedan echarme un cable y recuperar esas imágenes que creo haber perdido para siempre.