Erase una vez un barrio pobre, muy pobre. Con muchas gentes de lejanos países. En una plaza la expectación se centraba en una carpa. Los niños y las niñas hacían cola con ilusión, paciencia y medidas de seguridad para entregar su carta a los pajes de los Reyes Magos. Destacaban unas niñas musulmanas cubiertas con un llamativo velo azul claro que entregaron su carta con gran entusiasmo. Espero y deseo que mañana les traigan hermosos regalos.