martes, 13 de mayo de 2014

Grandes celebraciones

Sin duda es el día más memorable de existencia. A mi alrededor familiares, amigos, vecinos, conocidos, compañeros de trabajo, mi mujer, casi todas mis ex, algún que otro ligue ocasional y varios amores imposibles. Estaba exultante. Lástima del rostro serio de mi hermano, el gesto compungido de mis primos, la tristeza de varios amigos o del dolor que transmitían mis vecinos. Lo peor era el llanto inconsolable de mi mujer, de mis ex y de alguna que otra mujer enlutada que no recordaba. De alguna manera quería celebrar aquel inexplicable encuentro y al mismo tiempo tratar de aplacar una pesadumbre que no comprendía. Lástima de mi mudez y de la rigidez de mi cuerpo. Cuanto me hubiera gustado una fiesta semejante con todas mis facultades. En especial con el maravilloso don de la vida.