Tal vez habría que preguntarse antes que nos impulsa a no fotografiar, a pasarse una tarde en un bar o viendo un culebrón. La fotografía entra dentro de mis creencias, manías, vicios y aficiones. Tal vez no existan lo dioses ni los demonios. Pero seguro que existe la fotografía. Me siento feliz mientras fotografío. Pero también me siento fenomenal con una buena lectura, una buena compañía, una buena película o una buena música. Creo que tomo fotos más por costumbre que por impulso.