Duermo bastante bien. Pero me despierto profundamente cansado. Tengo hambre y no me duele nada. Devoro un bocadillo de jamón de York con queso, un café descafeinado con leche y un vial de jalea real. Tras la ducha, el afeitado y el masaje me siento mejor. Pero necesito algo más fuerte. Por eso tomo un billete para el túnel del tiempo y me quito veinte años de encima. Además, me meto en plena Barcelona Olímpica de 1992. Revisito la ciudad, amigos y en especial amigas. Acabo perdiendo algunas amistades femeninas. Pero otras se transforman en amantes y paso con ellas noches de pasión inolvidables. Tiro mi timidez a la basura y mis miedos a la papelera. Visto el futuro que se me avecina en las Españas me dedico estudiar idiomas en especial inglés, francés, alemán y ruso. Rompo mi hucha y viajo por Europa. Allí me suceden muchas aventuras que contaré en otra ocasión.
Al final recalo en Toulouse,dónde consigo trabajo como traductor y me caso con Corinne un a francesita descendiente de catalanes que sacia mi afecto y mi nostalgia. Desde entonces sigo haciendo fotos y escribiendo. Tenemos dos hijos que no acaban de entender a un padre políglota con demasiadas aficiones. Pero no me quejo de mi suerte. En Francia no se vive mal y en Toulouse hay muchos descendientes de españoles. Si necesita de alguna traducción, reportaje fotográfico, cuento corto o tertuliano no dejen de proponérmelo. Trabajo bien, rápido y a precios razonables.