lunes, 3 de junio de 2013
Fantasías sexuales
Arturo estuvo casado en dos ocasiones. Tuvo también otros tres grandes amores. Disfrutó de la íntima compañía de rubias, morenas, pelirrojas y de una novia que se teñía el cabello cada dos por tres. Su gran fantasía sexual era hacer el amor con una mujer con la cabeza afeitada al cero. Nunca lo consiguió. Lo máximo que logró fue la depilación integral de algunas de sus parejas. Y en ocasiones fantaseaba entre las semejanzas de un sexo y un cráneo rasurado. A sus ochenta y cinco años, viudo, achacoso y nostálgico no perdía oportunidad de ver las maniquies calvas que de vez en cuando nos muestran en los escaparates. Para su último cumpleaños le regalaron una muñequita inflable y sin peluca.