Soñó que su difunto marido le hablaba y le acariciaba amorosamente la mano. Una voz de ultratumba le invitaba a transitar por un túnel oscuro, pegajoso y húmedo. Ella se dejó llevar y al fin se abrazo con el hombre de su vida. Su hija la encontró muerta al amanecer. Su rostro esbozaba una apacible sonrisa.