La pobreza y la miseria con guerra es todavía mucho peor. Así que toquemos madera y consideremos afortunados. Ojalá que la violencia que conozcamos no sea más que la producen las mafias y chorizillos, los señores que tiran pelotas de goma y/o cañones de agua, los bancos que atracan a sus clientes, los gestores sanitarios que matan a sus enfermos y los políticos y empresarios corruptos.
Luchemos eso sí, para erradicar todo tipo de conflicto y violencia con la misma energía.
