Entro en La Maquinista y me dejo envolver por la conversación y el encanto de dos jovencitas con vaqueros, zapatos de plataforma y bolsito. La rubia de bote se parecía inquietantemente a la princesa Leticia. La castaña tenía un aire a la Penelope Cruz embarazada. Habían quedado para mirar trapitos. Planificaron el recorrido con sumo cuidado. Primero ejecutarían “la ruta barata” en la que se encuentran las tiendas más económicas y después “la ruta de las pijillas” para gente más pudientes.