domingo, 16 de junio de 2013

Temores inquietantes

En ocasiones le atormentaba la idea que se le velara un carrete fotográfico. Se trataba de una pesadilla particularmente desagradable. Lo extraño es que desde hace más de 10 años había abrazado la fotografía digital y como buen converso sus contactos con la fotografía tradicional eran muy escasos. Para colmo en ocasiones le acosaba este pensamiento en horario diurno cuando estaba tomando fotos.  En esta ocasión el temor se cernía sobre la tecnología digital. Sentía como si una especie de resplandor penetrara en el visor electrónico de su cámara  y acabara afectando a la tarjeta de memoria y al sensor. Colgó estas impresiones en su fotoblog. Pero no obtuvo respuesta alguna. Sus amigos fotógrafos no habían padecido, por fortuna, tan inquietante experiencia. Más suerte tuvo entre sus compañeros de manicomio. Había quien había visto salir un gato de un  sensor CMOS de 18 megapixels, una ardilla de una tarjeta de memoria SD de 16 megas y el mismísimo demonio de un viejo carrete de 120.