Máscaras
Dicen que el rostro es el espejo del alma. En realidad la cara es nuestro auténtico documento de identidad. Un pasaporte formado por arrugas, canas, alopecia, sonrisas y tristezas. La máscara, por su parte, es una especie de mister Hyde, un alter ego burlón y malévolo que normalmente suele poner un poco de sal y pimienta a una vida demasiado insípida.