martes, 28 de septiembre de 2010

Crisis

Cada vez más me siento rodeado por vecinos, familiares, amigos y conocidos sin trabajo. Los privilegiados que todavía trabajamos solemos contar o callar películas de miedo sobre nuestras condiciones laborales. Cada vez veo más gente revolviendo en la basura, trapicheando, robando en los supermercados y colándose en los transportes públicos. Hay demasiadas personas que no puede pagar el alquiler o que tiene la hipoteca más colgada que Windows 98.