domingo, 5 de septiembre de 2010

La exposición como terapia I

Las exposiciones como terapia.
Notas de la Exposición fotográfica Fotodiàleg de Fotoxip i Adolf. Jueves 11 de diciembre de 2008. Centre Civic Barceloneta.


Este gélido otoño me sienta fatal. Tengo molestias en la garganta, me duele la cabeza y se me están cargando las cervicales. ¿Qué hacer? Preparo una infusión de poleo menta con jengibre, cardamomo, canela y limón, me tomo una tabletita de chocolate de Venezuela, me aseo y me voy a ver una exposición de mi colega y amigo Jaume Blasco.

Fotoxip, Adolf y yo compartimos nuestro interés por la fotografía y la escritura. La edad nos pasa factura en forma de operaciones, enfermedades y disfunciones. De todas formas creo que yo voy por otro camino. Me intereso más por el texto que por la imagen. Aunque me he enamorado de una Panasonic LX3, me interesa más escribir notas, diarios y paridas v varias en mi Moleskine o en mi ordenador portátil. Ahora me tomo más la fotografía como un guerrillero que como un general. Los tiempos cambian.

Es bueno dialogar. A veces es necesario que alguien te escuche para no volverte loco. La idea del doble montaje de la exposición; convencional y por Internet me parece estupenda. Creo que las exposiciones convencionales tienen grandes problemas de difusión salvo en salas muy renombradas.

Parece que Jaume y yo tenemos el mismo problema: estamos engordando demasiado. Debemos tomar medidas contra el sobrepeso. Tal vez caminar más, comer menos y no perder tanto el tiempo con los ordenadores.

Me encantan las fotos de los ojos. Una mirada nos dice muchas cosas y al mismo tiempo puede guardar oscuros secretos.
Nuestra casa y nuestras cosas son nuestros recuerdos. Es una manera fácil de viajar a través del espacio y del tiempo y de evocar los buenos momentos. Pero también puede ser nuestra prisión y una trampa mortal en forma de hipoteca.

Los recuerdos de la infancia son, tal vez, nuestro mayor tesoro. Vuestras fotos de desnudo rebosan frescura e imaginación. Pero no puedo romper el bloqueo de las fotos vulgares y obscenas que corren por la red y por los discos duros de los ordenadores. Ya se que la gimnasia no tiene nada que ver con la magnesia, pero me siento mejor haciendo retratos. ¿Comodidad, cobardía, bloqueo emocional? ¿Quién lo sabe?

Durante los viajes y las vacaciones se toman muchas fotos. A mí me pasa lo contrario, o casi. Las fotos de mi entorno me motivan más que las fotos turísticas. ¿Estoy desencantado? ¿Soy un aburrido?

Vuestras series están bien. Pero mi vista no la capta. Me olvidé traer la lupa.

Yo también prefiero el tren