El fotógrafo rencoroso no suele ser ni buen fotógrafo, ni buena persona. Las buenas prácticas fotográficas están libres de dsconfianza, odio y resentimiento. La humildad, la curiosidad y el humanismo son virtudes que hay que cultivar y preservar. Tira tu rencor a la basura y conserva tus fotografías en óptimas condiciones.