Todavía me quedan algunos cartuchos por quemar. Sin embargo, mi traca final no será fallera. Pero en mi ocaso me gustaría poner orden en mis cosas y seleccionar lo mejor para volver a disfrutarlo y según como divulgarlo. Tal vez me queden en la recámara algunas fotos de sombras que valgan la pena y algún texto irónico o erudito. Entre paseos, lecturas, música relajante y alguna partida de ajedrez interesante espero y deseo que mi punto final sea lo menos malo posible.