Malvivo
rodeado de paraguas agonizantes. Algunos fueron adquiridos en
comercios de “Todo a Cien”. Otros, en selectos establecimientos.
Algunos son prestados, regalados o cogidos por error y/o necesidad
aquí y allá. Pero todos están hechos polvo. No se por qué los
conservo. Tal vez porque tambien me siento como un paraguas viejo y
destartalado.