La retrógrada ideología franquista hablaba de España como "la reserva espiritual de occidente". En nuestros días diversos movimientos religiosos presumen de "espiritualidad" frente a la vida "mundana" o "material" de quienes con combregan con sus delirios místicos.
Pero tal como están las cosas no tengo claro si crear un santuario, una reserva o una especie de zoológico para quienes cultivan la fotografía más allá de las selfies y las redes sociales. El aborregamiento de la fotografía transforma a los expertos, enterados y aficionados en una especie de listillos aguafiestas digno del escarmiento más ejemplarizante. Debemos hacer algo antes de que sea demasiado tarde.