domingo, 2 de diciembre de 2012

Jamón

Soy de los que prefiere un pincho de tortilla de patata o unas croquetas caseras a una ración de jamón ibérico. Pero tampoco le hago ascos a un pata negra. Así las cosas debería regularse el destino de los huesos de un buen jamón. No digo que deba recibir cristiana sepultura. Pero ahora que se legislan tantas cosas no estaría de más señalizar la ubicación de los restos de tan glorioso manjar. De esta forma el abandono de este ejemplar en un contenedor no deja de ser un mal ejemplo. Yo voto por regular puntos de recogida al estilo de las pilas y baterias. Seguro que con sus restos se pueden elaborar gloriosos caldos y tal vez exquisitas croquetas.