Nadie practica la fotografía para sentirse más cómodo. El manejo de los equipos fotográficos y las complejidades de la toma nos obligan a llevar sobrepeso, pasar frío o calor, adoptar posturas incómodas, soportar a los insectos y otros inconvenientes.
Muchos son quienes buscan por medio de la fotografía la felicidad o alguno de sus sucedáneos. Pero no se vence la tristeza ni el desasosiego viendo exposiciones, luciendo cámara o haciendo click de vez en cuando.
Amar la fotografía es el mejor camino para soportar las incomodidades que conlleva su práctica y sentirse cerca de la felicidad.