Circulan tantas y tantas fotografías que lo más fácil es que está y otras tantas imágenes que nos hacen más o menos gracia acaban más pronto que tarde pasto del olvido. Es misión imposible competir con esa marabunta de imágenes que nos desborda. El olvido es, pues, el lugar más seguro donde acabarán casi todas las fotos, casi todos nosotros y muchas otras cosas.