Resulta vomitivo comprobar como demasiadas mentes enfermas, opresoras, celosas y machistas hacen lo imposible para que mujeres y niñas se vistan con ropajes excesivos y salgan de casa lo menos posible. Por desgracia son diversas las creencias, culturas y movimientos que lo propugnan con diversas variantes. Por otra parte asociaciones de delincuentes obligan con engaños y amenazas a otras mujeres a prostituirse y pasar gran parte del día o de la noche medio desnudas contra su voluntad. Tanto los integristas, como los mafiosos son unos indeseables.
Como fotógrafo me impacta observar por la calle a esas mujeres tapadas de pies a cabeza y a las semi desnudas que se prostituyen en carreteras, parques y otros lugares. Reconozco carecer de valor y aptitudes para emprender un trabajo sobre estos temas. Pero creo que la fotografía podría ayudar a denunciarlo. Por otra parte la fotografía es demasiado frágil para luchar contra ideologías radicales y delincuentes peligrosos.