Sin ánimo de ofender, ni de fotografiar
Cada vez más fotografiar se está transformado en sinónimo de ofender. Hacer un click puede ofender a gente que comercia de forma irregular, pasea luciendo tatuajes íntimos, fuma en lugares prohibidos, toma el sol en topless o se baña en burkini. De esta forma estamos condenados a los selfies. Eso si, siempre podremos admirar a R. Doisneau, W. Klein, J. Colom, G. Winogrand o D. Arbus.