miércoles, 20 de junio de 2012
El fotógrafo sin alma
Soy un fotógrafo sin alma. Me interesan mucho más los objetos caóticos y obsoletos que los seres humanos. Mis ojos y el objetivo de mi cámara se fijaron en el destartalado sofá y un móntón de maderas que un día fueron muebles diversos. Las ancianas no entendían nada y me preguntaron ¿qué diablos estaba haciendo?. Me quedé sin palabras. Les regalé la mejor de mis sonrisas y traté sin mucha convicción de elogiar aquellos trastos abandonados. A modo de compensación les invité a posar. Lo hicieron con mucho gusto. Lástima que no frecuenten la red y no pueda hacerles llegar esta entrada. Por cierto, fijense en el perrito. No dejó de mirarme. Seguro que él tampoco entendió nada.