viernes, 1 de junio de 2012

Más amor y menos policía

Es difícil imaginar una existencia sin amor. Aunque hay amores que enloquecen, arruinan o matan. Más llevadero resulta plantearse un mundo sin policía y en general sin fuerzas represivas. Es cierto que los investigadores resuelven crímenes horrorosos. Pero también que demasiados agentes reparten manporros a diestro y siniestro a mineros cabreados, inmigrantes más o menos documentados o a indignados de distintas plazas y lugares. Creo, en fin, que los amores deberían ser más sinceros y menos interesados y que la policía se tendría que parecer más a la que sale en las películas y menos a la que vemos día a día.