No soy experto en puertas. Pero seguro que ningún carpintero, ebanista o fabricante de carpintería metálica califica a sus mercancias como peligrosas, ni nada parecido. Las abrá más o menos pesadas, seguras, caras, o bonitas. Pero nadie fabricaría, ni vendería, puertas que entrañaran algún tipo de peligro.
Lo realmente peligroso son los recortes. La falta de recursos conllevan el deterioro, entre otras cosas, de las puertas de los armarios que controlan la distribución de la electricidad, la señales de tráfico, el teléfono, internet... Así vamos. Malditos recortes.