domingo, 5 de abril de 2015
Que cada palo de selfie aguante su móvil
Cansados y aburridos de aguantar las velas en un refrán demasiado manido, la Confederación Internacional de Palos buscó nuevas vías de negocio y entretenimiento. Así nacieron los palos de selfie. Su delirante éxito acabó con los barquitos veleros y la salud de los ancianos y minusválidos de dependían de un bastón para poder caminar. El aristocrático juego del golf pasó rápidamente a mejor vida. Tres cuartos de lo mismo para el tenis y todas sus variantes, ping-pong incluido. También desapareció el lanzamiento de jabalina. Las escobas y las fregonas dejaron de fabricarse. La higiene se resintió, aumentaron las enfermedades infecciosas y la esperanza de vida bajo peligrosamente. Por otra parte las parejas pasaban más tiempo tomándose autorretratos que haciendo el amor. Dejaron de nacer niños. Matronas, pediatras y profesores de párvulos y de primaria se quedaron sin trabajo. Dejaron de fabricarse porras y los policías no pudieron controlar el orden público. Estalló una revolución a escala mundial y se produjo un caos total. Los supervivientes formaron una nueva sociedad, con nuevas costumbres, normas, creencias y valores. No tengo claro si el nuevo mundo es mejor o peor que el anterior. En cualquier caso los palos de selfie están rigurosamente prohibidos bajo pena de muerte. Ahora los palos vuelven a soportar el peso de las velas y los teléfonos móviles sólo pueden utilizarse para telefonear en caso de emergencia.