jueves, 31 de julio de 2014

Dios y la fotografía

Sería bueno preguntar a los fotógrafos profesionales y aficionados hasta que punto y de que forma buscan a Dios cada vez que toman una foto. Sobretodo resultaría clarificador encuestar a esos millones de seres humanos que a diario hacen clic en la cámara de su teléfono móvil. Por otra parte me pregunto si en el cielo todavía están tomando daguerrotipos o se actualizaron a la fotografía digital.


Los fotógrafos no creyentes afrontamos el acto fotográfico como un acto de amor. A través de la fotografía buscamos una verdad sin respuesta. Con nuestros disparos tratamos en vano de disipar nuestras dudas, ahuyentar nuestros miedos y eclipsar nuestras ansiedades. En vano buscamos un paraíso fotográfico. La tierra es un avispero de corrupción, desigualdad e injusticia. El mas allá nos parece más complicado que el papel Fresson o el Photoshop. Sabemos que el cielo está cuajado de estrellas y que el daguerrotipo, las placas de vidrio al gelatino-bromuro y las modernas técnicas digitales han descubierto muchos de sus misterios. Pero ni como fotógrafo, ni como historiador solo puedo pensar que mis restos serán devorados por los gusanos y que de mi obra quedará bien poca cosa.