martes, 15 de marzo de 2016

"El negativo es sagrado"

Con palabras semejantes los fotógrafos se solían negar entregar sus negativos a sus clientes. De forma legítima pretendían gestionar sus derechos de autor y asegurarse un dinero extra para la jubilación. La dura realidad  ha tirado por la borda esta teoría. Archivos de fotógrafos famosos acaban en el mejor de los casos en una compra-venta barata, una cesión con ciertos derechos o en una donación pura y dura. Y si esto pasa con fotógrafos consagrados o reconocidos, sobran palabras para explicar el trágico destino de los fotógrafos anónimos. Pero en ocasiones suceden pequeños milagros. La labor de archiveros, bibliotecarios, conservadores e historiadores de la fotografía suele hacer resplandecer los valores de fotógrafos poco conocidos que donaron sus imágenes a archivos fotográficos.  Veremos lo que pasa con los archivos digitales.