lunes, 9 de enero de 2017

¿Fotografiar abre el apetito?

Mientras se realiza un reportaje o una sesión fotográfica apenas se tiene apetito. Pero al acabar empezamos a acordarnos de nuestro estómago. Los paseos fotográficos suelen ser propicios a desayunos, aperitivos y meriendas.  Tomar una buena foto alimenta el ego e inhibe el apetito. Pero los fracasos fotográficos suelen compensarse con excesos gastronómicos.