1.-Procura envejecer lo menos posible. De otra forma acabarás
igual o peor que yo.
2.- No te fíes ni de las nuevas, ni de las viejas
tecnologías fotográficas. Seguramente
pasado mañana se tomarán fotografías de forma muy diferente a la actual. Tal
vez con esos nuevos relojes o pulseras
inteligentes, gafas de sol con cámara incorporada u otros chismes que están por
llegar.
3.-No dejes de ver exposiciones, de leer libros de
fotografía o de consultar páginas web fotográficas. Seguro que te aportarán
nuevas ideas. Pero confía en tu creatividad, tus manías, tus obsesiones, tus
grandezas y tus miserias. Suele
funcionar mejor una idea tuya, por floja o modesta que sea, que adoptar, seguir
o plagiar los proyectos y las técnicas de los grandes fotógrafos. Desengáñate,
nunca serás Salgado, Cartier-Bresson o Cristina García Rodero.
4.- Pasea siempre que puedas con tu cámara. Trata de conocer
mundo y de conocer gente. Tal vez no consigas tomar buenas fotos. Pero seguro
que desubres lugares, culturas y personas interesantes.
5.- Dicen que el saber no ocupa lugar. Pero las fotografías
y los artefactos fotográficos pueden colonizar tu vivienda. Por eso trata de
organizar lo mejor que puedas tus cámaras y accesorios, fotos digitales, tus
copias en papel y tus negativos en sales de plata y en otras emulsiones. De
otra forma el caos reinará en tu ordenador, en tus archivadores y en tu cabeza.
6.- Procura llevar una vida sana. Pero recuerda que la
santidad no es ninguna puerta al arte y técnica de la fotografía.
7.- Trata de ser feliz, de no caer en la pobreza, en la
intolerancia, en la sinrazón, en la superstición, en la pereza y en la
egolatría. Nunca olvides que es mejor llevar una buena vida que tomar buenas
fotos.
8.- Tomar fotos requiere esfuerzo y dedicación. La necesidad
de ganarse la vida, los placeres de la carne, la familia, los amigos, las
inquietudes intelectuales, las manías, las adicciones y las supersticiones nos
roban más tiempo de la cuenta.