Las costumbres excesivamente sedentarias son una plaga para
la salud y un azote para la práctica de la fotografía. Deberíamos practicar
hábitos saludables como caminar, al menos, 30 minutos cada día a buen paso y otros 30 minutos en plan de caza fotográfica
o de paseante-fotógrafo. Seguro que tendríamos tiempo sobrado para contar estas
batallas fotográfico-deportivas en
tertulias o en redes sociales.