No me gustan los toros.
Pero mi aversión por la “fiesta” no es mayor que por el fútbol, las procesiones
de Semana Santa, las monarquías hereditarias, las creencias politeístas, las religiones monoteístas
o los cultos patrioteros. En cualquier caso prefiero salir a fotografiar que entrar a
matar, o a un campo de fútbol, o a un recinto sagrado, o a un palacio real o a cualquier asamblea patriótica.