Todo empezó con un "Me gustas, ¿puedo telfonearte?" "Si puede" asintío la joven madre soltera dominicana al empleado de correos que la atendía periódicamente en la estafeta de su barrio. De esta forma Ildefonso se convirtió en pareja de Marianela Patricia y de padrastro de Wendy Isabel. El afecto y el sexo reconfortaba a los amantes. Pero la niña se mostraba celosa y minaba la vida conyugal de la nueva familia. "Tu no eres mi padre" era la frase favorita de Wendy para molestar a Ildefonso. El padrastro se desvivía por la niñita; la acompañaba al cole, le ayudaba en los deberes y la llevaba al cine entre otras muchas cosas.
Wendy, fruto de una relación adolescente de su madre, nunca conoció a su padre. Durante sus ocho años de vida su mayor interés fue saber de él. Pero su madre le dió muy pocas explicaciones sobre su progenitor. Aquel verano viajaron los tres a la Republica Dominicana: Ildefonso descubrió un nuevo país, Marianela se rencontró con sus familiares y Wendy conoció por fín a su padre. Pero el progenitor, casado y padre de dos hijos, mostró escaso interés por la pequeña.
Tras las vacaciones la via familiar mejoró espectacularmente. Wendy dejó de estar celosa y empezó a llamar papá a Ildefonso.