miércoles, 9 de abril de 2014
Elogio de la vejez
El veterano coleccionista de fotografías y cámaras era también un incondicional de todo lo viejo. Ya de joven prefería que le preparase los frankfurts y las hamburguesas el más longevo de los empleados de la salchichería de la plaza de Sant Jaume. Desde siempre prefirió al más canoso de los peluqueros de la barbería. Sus problemas dentales eran felizmente solucionados por un dentista entrado en años. Siempre prefirió amigos creciditos y se casó con una mujer veinte años mayor que él. Cuentan las malas lenguas que frecuentaba frecuentaba viejas y decrépitas prostitutas. Se ganó la vida con una librería de viejo y puso su confianza en los empleados más veteranos. Nunca le gustó la nueva cocina más o menos deconstruída. Se entusiasmaba por platos tradicionales. Ni su mujer ni sus amantes le dieron hijos. A su entierro sólo acudió un primo lejano que era geriatra.