Si bebes alcohol, no conduzcas.
Si estás cansado o muerto de sueño, tampoco.
Si hablas con el móvil para el coche.
Rompe tu carnet si tomas ciertos medicamentos.
Olvídate de conducir si consumes substancias ilegales.
No conduzcas con prisa, estrés, ansiedad, tristeza, miedo o depresión.
Mucho cuidado al conducir con exceso de cafeína o de tila.
Podría aumentar la lista de motivos para no conducir. Pero no vale la pena. Los conductores irredentos no harán caso. Mejor déjate llevar por un conductor profesional, bien pagado, sin problemas de salud, sin culebrones familiares, que no lleve teléfono móvil, se sienta feliz y le guste su trabajo.
En fin, que no salgas de casa.