La mayoría de los fotógrafos profesionales reconocidos suelen trabajar en equipo. Son los menos francotiradores como Clint Eatswood en su papel de romántico y solitario del National Geographic en Los puentes de Madinson. Por otra parte los usuarios convencionales suelen fotografiar en grupo o en manada, siendo los selfies su paradigma. Sin embargo los aficionados avanzados y los pequeños profesionales acostumbran a captar sus imágenes más solos que la una. Su soledad se multiplica en el procesamiento de la imagen por ordenador. La falta de reconocimiento artístico, social y/o económico es un estigma que marca su desamparo y su desencanto.
Por eso si no deseas verte abrumado por el abismo de la soledad trata de ser un gran profesional o bien un usuario del montón. El resto están, estamos, condenados al aislamiento, la nostalgia y la melancolía.