Seguro que un psicólogo o un psiquiatra escribirían cosas mucho más sensatas que un servidor. Espero que algún experto complete o ponga en tela de juicio las cosas que se me ocurren. Vamos allá.
La fotografía puede considerarse una manía cuando su práctica cosume un esfuerzo, un tiempo y un dinero que trastornan la vida y la economía del fotógrafo y de sus familiares. Los fotógrafos más o menos monotemáticos suelen estar cargados de rarezas. La megalomía o manía de grandeza resulta habitual en fotógrafos excesivamente creídos, sobrados de chulería y saturados de autosuficiencia. Por lo demás todos los fotógrafos tenemos nuestras manías menores que nos llevan a preferir ciertas marcas o modelos de cámaras, accesorios, técnicas fotográficas y formas de fotografiar. Las manías forman, pues, parte del núcleo duro de la fotografía. Cuida tus manías y cuidate de tus manias.
