No se puede comparar el impacto de las balas con el impacto de las fotografías. Los disparos con sabor a pólvora son infinitamente más dañinos que los disparos fotográficos.
Me horroriza la salvajada terrorista del pasado viernes 13 en París. Fomentar el uso de la fotografía documental y artística debería ser una prioridad en las sociedades dominadas por la violencia y en particular en las que fomentan el uso de las armas de fuego. Desde luego el recurso fotográfico es sólo un primer paso. Hacen falta muchos más recursos para pacificar a los violentos. Pero sin duda la fotografía es una técnica útil para construir un mundo menos sangriento. .