La soledad de la farola
Demasiada gente se siente más sola y asilada que una farola. Por el día todavía tiene la compañía de una sombra un poco aburrida. Pero de noche las farolas sufren de lo lindo. Algunos las apedrean, otros orinan a su lado, hay quien las maldice, otros les roban su lámpara, en ocasiones las secuestran, a veces las queman. Espero que la nueva legislatura elabore leyes que mejoren su seguridad.