Para mi la mejor forma de relajarme con la fotografía es
dejarme llevar por las estrategias del instinto, la curiosidad y el deseo.
Trato de no agobiarme por las prisas, los ambientes difíciles y las
iluminaciones muy descompensadas. Fotografiar por fotografiar es una táctica
que también da buenos resultados cuando no ves las cosas claras. Otras tácticas
que funcionan son charlas con una persona amiga, tomarse alguna cosa, pegarse
una ducha o descansar un poco. De esta forma tarde o temprano acaba surgiendo
alguna idea para una foto relajante.