A pesar de ser animales
protegidos los lobos son objeto de desconfianza y víctimas de envenenamientos y
cacerías. Los fotógrafos no estamos particularmente protegidos y aunque solemos
padecer recelos diversos no solemos sufrir envenenamientos ni cacerías. Sin
embargo toda protección es poca. Si la piel de cordero te salva de un embrollo
no dudes en utilizarla.