Reflexiones sobre fotografía y desastre
Creo que el peor desastre es no poder tomar fotos o no poder las imágenes de los grandes fotógrafos. También es una gran desgracia que tu colección fotográfica desaparezca por accidentes, catástrofes o conflictos. Los peores enemigos de nuestras fotografías suelen vivir en nuestra casa. Las condiciones inadecuadas de almacenamiento acaban provocando degradaciones más o menos irreversibles. La acción desafortunada de ciertos cuñados estúpidos, suegras avarientas, sobrinos inútiles, e hijos torpes y desagradecidos acaban con muchas de nuestras imágenes en el cubo de la basura y en sitios peores. La falta de tiempo, el cansancio, las disfunciones y las enfermedades ralentizan nuestra actividad fotográfica como productores y como conservadores. Llega un momento en que no tienes ganas de tomar fotos y, lo peor, no sabes donde coño están tus mejores fotos.