Cuando viajo en tren no puedo dejar de mirar
avisos como el taxativo “Queda prohibido
terminantemente hacer uso injustificado de la señal de alarma”, del inquietante
“Es peligroso asomarse al exterior” o el represivo “Se multará a quienes viajen
sin billete”. Sin cuestionar la idoneidad de estas advertencias me pregunto qué
pasaría si los fotógrafos tuviéramos prohibido fotografiar sin causa
justificada, censurado el asomarnos al exterior para tomar fotos o multados
por tomar ciertas imágenes. Por suerte o por desgracia el ideario
represivo de los ferrocarriles resulta cada día más parecido al cúmulo de amenazas,
prohibiciones y castigos que debemos afrontar los fotógrafos con razón o sin
ella.